Menopausia y várices, una relación estrecha
Durante la vida de la mujer suceden momentos importantes que se relacionan directamente con la aparición de várices, estos momentos son afectados por la edad y las hormonas. Una de estas etapas es la menopausia, en la que las hormonas sexuales juegan un papel importante. En esta etapa, dos factores afectan de forma directa las venas, la edad y los cambios hormonales, y ambos favorecen la aparición de várices.
De hecho, debido a los cambios hormonales, probablemente las mujeres son más propensas a desarrollar várices que los hombres en una proporción de 4 a 6 mujeres por cada hombre.
Uno de los cambios más importantes durante la menopausia es que las paredes de las venas, principalmente de las venas varicosas que ya se hayan formado, son mucho más sensibles a los cambios hormonales.
Las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona)
deterioran la elasticidad normal de las venas alterando la circulación adecuada de la sangre, de tal forma que los cambios hormonales durante la menopausia favorecen la formación de nuevas várices.
Si presentas molestias o síntomas comunes de várices como hinchazón, comezón, calambres, cambios en la coloración de la piel y ardor, te recomendamos acudir a tu médico.
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Si persisten las molestias consulta a tu médico.